domingo, 12 de enero de 2014

Crónicas Cacheñas X

Rectas de 100m sobre el tartán
Se empieza a ver el final del viaje, este y cuatro días más y volveremos a mí querido Lobos con las piernas llenas de kilómetros, la mente llena de aprendizaje, el alma llena de alegrías y el corazón queriendo volver a pisar algún otro día tierra cacheña. Por lo que cada entrenamiento, si bien no todos son originales es su estructura, comienza a ser únicos por la finitud de la estadía.
Hoy la mañana me encontró tratando de mejorar mi pobre técnica de carrera, trabajos a lo largo de 50 metros y luego diez rectas de 100 metros movidas para trasladar los trabajos técnicos a la carrera y aumentar la resistencia a la velocidad. De postre 35 minutos de trote suave, muy suave. Parecía que no todo el cuerpo había salido de la cama, me dio la sensación de que las piernas aún estaban dando vueltas entre las sabanas.
El ovalo de Cachi desierto en domingo
Pero el día continuó y sin bien a la tarde tampoco el titulo de la sesión era atrapante tenía dentro un condimento muy especial para mí. Eran 50 minutos regenerando y evitando grandes pendientes, pero casi sobre el final se cumplirían 160 kilómetros desde el lunes hasta hoy domingo, como la gran mayoría de los atletas soy amante de los números redondos y este para mí era muy redondo. Recién me di cuenta el viernes al ver el panel del Gamin que venía sumando tanto, realmente acá pesan un poco menos y por eso no lo había notado. Mi semana de mayor volumen hasta ahora había sido de 137 kilómetros, por lo que hubo un gran salto. No pude evitar visualizar una línea imaginaria hoy al saber que atravesaba la barrera de los 160 y para festejarlos me regalé una vuelta a la plaza céntrica cuando finalizaba los 50 minutos.

Borges imaginó humanos que tendían a la inactividad al ser castigados con la inmortalidad, postulaba que sabiendo que tenemos todo el tiempo por delante inevitablemente todo sucederá no hace falta perseguir nada; la contracara es nuestra mortalidad, saber que no hay tiempo para todo nos hace buscar, disfrutar, alcanzar, amar. En la vida cada día cuenta, y acá en Cachi que se adivina el final, aún más.

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