martes, 19 de noviembre de 2013

Cuando menos es más

Hay una frase que me gusta mucho “el secreto está en el equilibrio”.

Y no la escuche de un amigo que trabaja en la cuerda floja de un circo, sino que realmente creo que muchísimas veces lo mejor y lo más difícil es encontrar el punto justo de cada actividad, de cada actitud, de cada momento, incluso de la sal en la comida. Porque ya que estamos con las frases, es feo comer sin sal, pero peor en comer sal sola. De la misma manera es malo no buscar nunca el límite en el entrenamiento, pero peor es buscarlo en todas las sesiones.
En el mundo del running el equilibrio es indispensable para mejorar, y no me refiero la capacidad de balancearnos alternadamente sobre cada una de nuestras piernas, sino al administrar armoniosamente los ingredientes que terminan conformándonos como atletas.
Sin duda es este un deporte que cautiva a quienes nos gusta buscar nuestros límites, sorprendernos de cuanto somos capaces, ir por más; más rápido, más fuerte, más lejos, más repeticiones, más kilómetros, más, más, más… En muchos casos ese espíritu nos mejora día a día, nos acerca a nuestras metas y nos lleva a lugares que quizás nunca habíamos imaginado. Pero en otras ocasiones puede volverse en nuestra contra. Entrenar nos lleva construir paso a paso una mejor persona, por ese camino aparecen obstáculos y al sortearlos vamos perfeccionándonos; muchas veces el dolor es uno de ellos, luchamos por superarlo e infinidad de veces los vencemos  pero perder de vista el foco y pensar que siempre entrenar más es mejor y que superar cualquier dolor es bueno puedo llevarnos a perder el rumbo.
El diseño del cuerpo humano es fascinante, millones de sensores lo monitorean constantemente. El saber escucharlos y entender su idioma es una herramienta enorme para mejorar nuestro rendimiento. Entender que hay muchos dolores diferentes; algunos significan que estamos mejorando, otros que son el límite que nunca habíamos cruzado y que buscando un poco más encontraremos algo nuevo, pero otros nos alertan sobre una estructura que está sobrecargada o un esfuerzo que nos está dañando. Estar atento a ellos y actuar inteligentemente de acuerdo a sus señales muchas veces es la diferencia entre un crecimiento continuo año a año o empezar de cero luego de cada lesión.
En su libro "Entrenamiento de la resistencia", Cesar Roces deja esta idea; el que más progresa no es el que más entrena sino el que más entrenamientos asimila. Voy a poner un ejemplo que me tocó vivir y me llamó mucho la atención. Este año nos fuimos con un grupo de corredores a entrenar un fin de semana a Tandil, éramos unas treces personas. Para ubicarnos en el nivel atlético de cada uno, yo ya estaba corriendo debajo de 33 minutos los 10k y el segundo más rápido del grupo estaba a unos 10 minutos de mi marca, de allí para arriba el resto del grupo. Lo que me sorprendió fue que todos entrenaron mucho más fuerte que yo; más kilómetros, más intensidad. No fue porque entrenase muy poco, cumplí un plan similar al de todos los fines de semana, simplemente todos salieron a buscar mucho más. Hablando con algunos un par de días después seguían muy doloridos, recuperándose recién a finales de la semana. Esa misma semana yo pude entrenar con normalidad y hacer varios estímulos intensos. Sin duda en el grupo había la mejor voluntad y entusiasmo de mejorar y superarse, todos habían viajado cientos de kilómetros con ese fin, pero a veces ese entusiasmo nos puede jugar en contra. A veces con más se logra menos.
Una buena forma de canalizar esa energía por dar más puede ser dirigirla a otros aspectos del entrenamiento, no todo queda en lo que se haga en la pista o sobre nuestras zapatillas, también descansar mejor, alimentarnos más sanamente, elongar regularmente o fortalecer mejor nuestra mentalidad competitiva puede darnos muchos más resultados que un fondo sufrido o resistir una lesión. Buscar equilibrar nuestras ganas puede alinearnos mejor con nuestros sueños.

                                                                                                                                                                               

jueves, 7 de noviembre de 2013

Maratón de Nueva York 2013

O como la mente cambia el final del cuento

El auge mundial del running encuentra en las grandes maratones su máxima expresión. Decenas de miles de corredores se lanzan por las grandes ciudades del planeta a recorrer la distancia de Filípides. Seis grandes carreras destacan sobre el resto por su convocatoria, premios en efectivo y por formar parte del World Marathon Major, un circuito bianual que incluye a las maratones de Boston, Londres y Tokio (esta última por primera vez y las tres en la primavera del hemisferio norte) y Berlín, Chicago y Nueva York (estas en el otoño europeo). Los puntos sumados por los atletas de elite a lo largo de dos años en estos seis eventos forman un ranking que premia con medio millón de dólares al líder.
Últimamente los caballeros viene llevándose toda la atención por el constante ataque que se hace, en los circuitos rápidos (Londres, Berlín, Chicago), al record del mundo. Este año Wilson Kipsang se sacó las ganas con las que se había quedado en Frankfurt 2011 (quedó a solo 4 segundos del record) y destronó las 2:03:38 de Patrick Makau (Berlín 2011) al recorrer el mismo circuito en 2:03:23.  Solo dos semanas después en la ventosa ciudad de Chicago, Dennis Kimetto estuvo a apenas 22 segundos del flamante record de Kipsang. Casi parece fácil ser el hombre que más rápido haya corrido los 42,195 km cada vez que se larga una gran carrera.
Con las damas no viene ocurriendo lo mismo, el gran record de Paula Radcliffe en Londres 2003, con solo 2:15:25 para terminar la carrera hoy por hoy parece imbatible. Actualmente en la mayoría de los eventos las mujeres están partiendo antes que los hombres y esto las deja solas, sin la posibilidad de liebres masculinas, para buscar una gran marca. Paula también lidera el ranking de lo que se conoce como maratones de solo-mujeres (donde las féminas parten antes) con sus 2:17:18 de Chicago 2002, una marca igualmente muy difícil de superar. Por lo que la falta de posibilidades concretas de un nuevo record le ha quitado un poco de audiencia a la lucha femenina.

Jeptoo a punto de sobrepasar a Deba


Pero este año en la gran manzana la keniata Priscah Jeptoo vino a captar la mirada de todos, principalmente a medida que transcurría la segunda mitad de la carrera. El inicio mostró a una Buzunesh Deba dispuesta a imponerse desde los primeros kilómetros. Al llegar a los 21km Deba lideraba la prueba y Jeptoo pisaba sus pasos algo más de tres minutos más tarde, casi un kilómetro parece mucho cuando solo restan 21.
Priscah cubierta en felicidad
 Pero Priscah no opinaba lo mismo y decidió apretar el acelerador, llevó el ritmo de sus segundos 21k a casi 20 segundos menos por kilómetro con respecto a los primeros, para dar alcance a Deba a poco más de 3 kilometros de la llegada, superándola sin darle ninguna chanche a luchar y cruzando la meta en 2:25:07, por donde 49 segundos más tarde pasaría Deba. Esas cosas que solo pasan en las películas se vio en las calles de Nueva York este domingo, una atleta que ya parecía resignada a felicitar a la ganadora corre la segunda mitad en 1:09:07 (una marca que le permitiría ganar numerosas carreras de 21k en todo el mundo), para quedarse con la gloria bajo las copas del Central Park y nos regala una muestra más de hasta donde una mentalidad ganadora puede llevar a nuestras piernas. 

lunes, 4 de noviembre de 2013

Otro ciclo termina

Repaso de mi semestre de entrenamiento

Mayo llegaba a su fin, el frío ya reinaba por las tardes y lentamente empezábamos a preparar la segunda mitad del año, con el objetivo de correr los 10.000 m en 32’ bien cortos, comenzaban los largos fondos, las cuestas y los trabajos técnicos.
Llegó Junio y así como ascendían los kilómetros semanales, descendía la temperatura, por suerte a finales del mes hui tres semanas a Río de Janeiro a seguir la preparación junto con mi entrenador, ya el frío no era un problema y cerramos el mes con casi 450km.
5to en los 6k en Río de Janeiro
Julio me encontró corriendo por playas hermosas y morros frondosos. Despertamos el mes compitiendo en los 6k complementarios de la "Maratona do Rio de Janeiro". Sin dudas fue una gran alegría conseguir un podio en mi primer carrera en el exterior. Al fin de semana siguiente y ya de vuelta en la Argentina quedé cuarto en el "Campeonato Metropolitano de Cross", fueron 12km que vinieron muy bien para el trabajo de preparación de fondo.
Campeonato Nacional de Cross
En Agosto el resultado en el Metropolitano me permitió integrar el equipo de la Federación de Atletismo Metropolitana para ir a competir al Campeonato Nacional de Cross, otra vez 12km, en esta oportunidad en el Colegio Militar de la Nación. Feliz de participar en mi primer competencia a nivel nacional, pude terminar 10mo y volverme con una sonrisa a casa. Despediría el mes con la primer competencia de pista, 5.000m en post de buscar velocidad, ahora si el tiempo importaba y con 15’33” se me escapó el 2do puesto por medio segundo.
3ro con lo justo en el 5.000
10.000m en Septiembre
Todo Septiembre pasó en prepararme para lo que más disfruto, los 10.000m. A fin de mes la Copa Nacional de Clubes me esperaba. En una carrera que pequé de conservador hice 32’34” para bajar mi marca cuatro segundos pero con la sensación de tenía más para dar.
Octubre sería el mes de la revancha, llegaba al segundo 10.000 de la temporada con todo para dar, muy bien preparado y con una gran motivación. Pero nuevamente no salió la carrera que esperaba, si bien esta corrí con actitud desde el principio, pasando el 5.000 como para terminar en 32’10", de allí para adelante el ritmo cada vez fue más lento sin que pueda hacer nada para revertirlo. Fue mi sexto 10.000 en pista y la primera vez que no mejoraba mi marca. Crucé la línea en 32’50, me consolaba que esta vez había buscado la marca desde la primer vuelta.

2do en el 10.000 de Octubre
Fue un semestre que disfruté cada semana (22 en total), cada sesión (fueron 204) y cada kilómetro (poco más de 2.250), me sentí muy bien entrenando y considero que crecí como atleta. Quedará para el próximo semestre el objetivo de correr en 32’ cortos, incluso buscar bajar los 32’. Sé que no es fácil, pero hasta ahora ha funcionado buscar metas “no fáciles”.


Sonreír corriendo
Ya vendrá el calor, sentir el sol en la piel, carreras de pretemporada con amigos, mucho por vivir y disfrutar. 
Todo está allá afuera, solo tengo que salir a su encuentro.