miércoles, 3 de julio de 2013

Un día de entrenamiento fuera de casa (En Brasil)



Ya dejamos atrás la playa y la pendiente es bien marcada, corremos por la bici senda flanqueados por la pared del morro a un lado y los autos que nos pasan a toda velocidad al otro. De a poco vamos ascendiendo y comenzando a ver la hermosa bahía tachonada por las luces de algunos veleros. Hace doce horas me estaba subiendo, con sueño y frío a un avión en Ezeiza y ahora siento la transpiración invadir mi pecho, mi primer entrenamiento en Brasil va en marcha y 50 minutos servirán para aflojar las 3 horas de vuelo mas otras tanta de colectivo desde el aeropuerto Galeao hasta la casa de mi entrenador en Niterói.
Vamos remontando la Estrada  Froes, una sinuosa calle que recostándose sobre la bahía de Guanabara rodea al morro que separa Icaraí de São Francisco, todo dentro de la ciudad de Niterói, a la cual la naturaleza separó de Río de Janeiro por la bahía pero el hombre las unió con un puente de 14km conocido como Rodovia 101. 

Cada tanto nos pasa algún ciclista o alcanzamos a algún corredor, ya emprendemos la bajada a paso suelto, son las seis de la tarde, hace poco ya que el sol se fue a dormir tras los morros y el aire aún está cálido. Al bajar a la playa de São Francisco la brisa del mar es una caricia, la marea está baja y podemos trotar sobre la arena firme. Sobre el final del camino el yatingclub parece un erizo repleto de los mástiles de los veleros, todavía se ven embarcaciones regresando a los muelles. Promediando el entrenamiento volvemos sobre nuestros pasos y puedo ver al Cristo iluminado o la silueta oscura y vertical del Pan de Azúcar, la vista de la Cidade maravilhosa es imponente y vibrante, se la adivina llena de vida y color.

Los pasos van solos, la mente está demasiado concentrada en tanto para ver y sentir como para enfocarse en el ritmo o el cansancio del viaje, solo me dejo llevar por el entorno y la charla con mi entrenador es fluida; tenemos tres semanas por delante para entrenar y disfrutar, casi siempre son sinónimos, pero en este marco esa sinonimia se potencia. El final del viaje será la participación en los 6k que forman parte de la Maratona do Río, una de las carreras más grandes de la ciudad, que la atraviesa de punta a punta uniéndola toda al ritmo de las zapatillas de running. Pero aún queda mucho por correr y por vivir hasta ese día, mientras lo compartiré con ustedes en el blog, espero me acompañen en este viaje. Saludos desde la tierra del samba, buenos entrenos y nos vemos pronto.

Ezequiel Brahim