martes, 5 de agosto de 2014

Crónicas cariocas XIII

Y llegó el día de las despedidas, última noche en Brasil, el viaje completa su ciclo. El día no quiso despedirme con una linda mañana, muchísimo viento sopló toda la noche y aún siguió soplando temprano, la lluvia también se hizo presente y el calor no aparecía. Por lo que la mejor opción fue tener paciencia y esperar hasta cerca del mediodía para hacer el primer turno con un clima un poco más simpático. La espera valió la pena y el día mejoró, para hacer 45 minutos tranquilos, casi normales ya; recorriendo placenteramente la costa.
Por la tardenoche salimos a mover un poco más, acompañado por Ezequiel entré en calor por la estrada Froes para quedarme ahí haciendo yo solo unas series de cuestas, es menos empinada que lo que se puede encontrar acá por lo que se sube más fluido. Acompañado por la fresca noche marina fui soltándome poco a poco sin llegar el exigirme al máximo, la semana recién empieza y aún queda bastante por hacer.
Recorrido hasta el fuerte
Mañana regreso a Argentina al mediodía, queda como despedida por la mañana hacer un fondo de poco menos de hora y media de ida y vuelta hasta el fuerte, un camino ya conocido pero que no por ello deja de gustarme. Será el 17° y último entrenamiento en Brasil.
Fueron dos semanas encantadoras, donde disfruté de cada día, rodeado de hermosas personas, sintiendo en la piel el placer de correr.

Por la noche me agasajaron con una cena de despedida con el menú que más me gusta acá; jugos raros y ricos sandwichs con ese pollo desmenuzado que rellenan con queso. Relajado, sin apuro, disfrutando, como el viaje, así fue la salida, así me gusta vivir.

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