miércoles, 16 de octubre de 2013

Invertí los polos

Pasá de negativo-positivo a positivo-negativo y mejorá como atléta!

Muchas veces luego de finalizar una carrera cambia el enfoque que tenía el corredor, es común que los días previos, y más aún las horas previas, aparezca una visión negativa con frases como “justo me vengo a resfriar dos días antes”, “el trabajo no me dejó entrenar como debía”, “justo viene a tocar un clima malo hoy”, “no estoy al cien por ciento”, “con dar la vuelta me conformo”, y tantas frases similares. 
Visiones de situaciones objetivas que mas a allá de que a veces no sean las ideales para nuestra carrera, la forma en que las enfoquemos puede diferenciar en gran parte el cómo nos afecten. Por ejemplo: un resfrió de dos días la semana previa a la competencia puede ser visto como “justo me vengo a resfriar los días previos” o bien “menos mal que no me resfrié en la parte dura de la preparación, ahora que falta poco, descansar dos días mas no me afecta”, el tiempo de descanso por la enfermedad es objetivo, la forma en cómo lo valoramos es subjetiva. Otro ejemplo: no se llega entrenado de la forma ideal, “no estoy al cien por ciento” (cuando en general nunca se puede llegar perfecto) o bien “llegué lo mejor posible dentro de los tiempos que pude” (entendiendo que todo lo que estuvo a nuestro alcance se hizo). 
Suele pasar que esta visión negativa inconscientemente funciona como excusa antes un posible rendimiento por debajo de lo esperado: “para como estoy con llegar está bien”, “mucho no puedo pedir para como entrené”, “venía bárbaro pero con este dolor no puedo esperar mucho”. Al plantearnos expectativas bajas cualquier resultado se puede tomar como un “éxito”. Es casi inevitable trasladar esa actitud a la carrera, principalmente en los momentos más duros de la misma; “no puedo pretender gran carrera con esta molestia”, “para que me voy a matar si ya la marca no sale”, “ya está, que se vaya nomás, no estoy al 100%”, “tendrías que haber descansado bien en la previa”, convirtiéndonos en los peores hinchas, criticando y desmoralizándonos cuando aún la carrera no terminó y por lo tanto no está todo dicho.
Lo curioso es que luego de cruzar la línea (o a veces incluso de abandonar la carrera) con el pasar del tiempo esas situaciones que antes eran problemas empiezan a funcionar como justificativos para mejorar el rendimiento. Por ejemplo “tan mal no me fue para como me prepare”, “es un buen resultado teniendo en cuenta que corrí resfriado”, “con esta panza hice una gran carrera”. Todo se borra y nos perdemos aprender de los errores y mejorar para la próxima. La terminación de la carrera marca el quiebre, todo lo que se veía “mal” pasa a justificarse luego y parece mucho mejor, nos movemos de negativos a positivos, cambiamos los polos.
Considero más constructiva una visión positiva, principalmente cuando falta poco para el evento y ya no puede hacerse mucho más, lo errores del pasado no pueden cambiarse y las condiciones del presente (clima, terreno, salud, etc.) tampoco, por lo que la mejor manera de llegar en “forma” mentalmente es enfocados en nuestras mejores armas y visualizando positivamente la carrera. Esto más aún debería potenciarse durante la misma; cualquier situación tiene siempre una visión positiva posible, es esa la que nos permitirá resolver de la manera más “fácil” los mayores obstáculos. Como ya lo he planteado en otro post, considero que el running es un deporte de un gran componente mental, la regla es que el cuerpo siempre puede un poco más, quien primero se cansa en la mente (como toda regla tiene sus excepciones). Ser positivos hasta el último paso antes de cruzar la meta sin duda nos hará más liviano el andar. Después de disfrutar la previa, la prueba y el resultado si es un buen momento para ponernos un poco “negativos” y buscar que mejorar para la próxima. Muchos corremos detrás de la carrera perfecta pero esta (más que nada cuando el parámetro para medir el éxito es un tiempo) no existe, siempre es mejorable, obviamente siempre se puede correr un poco más rápido. Con esto no sugiero caer en un inconformismo crónico, si no disfrutamos lo que hacemos tiene muy poco sentido seguir repitiéndolo, pero también aprender y superarnos en cada prueba es una fuente de felicidad, siendo críticos con nuestro resultado podemos encontrar el camino para vivir más plenamente la próxima oportunidad. Cambiar a positivo-negativo puede hacernos disfrutar más, tanto del antes, como del durante y el después de cada carrera, como así también mejorar para la próxima. No se pierde nada con intentarlo y se puede ganar mucho lográndolo, probemos invertir los polos y ser mejores atletas!

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