Sacate peso de encima, dejá el reloj en tu casa
A veces es bueno dejar que el tiempo corra libre |
La autosuperación es sin duda una de las partes más
atrapantes de nuestro deporte, podemos medir concretamente como corremos mas
distancia o más rápido. No importa que tan rápido corra el otro, eso no lo
podemos manejar, pero siempre está a nuestro alcance superarnos; en un
entrenamiento, en una carrera. Para ello medimos. Comúnmente medimos los metros
que recorremos, el tiempo que nos demanda; aunque también se pueden medir las
pulsaciones (y ver como nuestro corazón se va volviendo más eficiente al lograr
un mejor ritmo con menos latidos), la cadencia de paso, el desnivel del
terreno. Es gratificante ver cómo logramos ser mejores que nuestro pasado.
Como en tantas cosas el éxito está en el equilibro, es un
gran motor motivacional querer
mejorar pero por otro lado puede ser contraproducente cuantificar constantemente
esa mejora; sesiones de mas kilómetros, entrenamientos
de intervalos (pasadas) más rápidas, mayor volumen semanal, todo medido y comparado a veces puede sacarnos del
foco principal; ser felices. Disfrutar lo que hacemos, sentir el placer de
correr, encontrarnos con nuestro cuerpo, despejar nuestra mente.
Un buen ejercicio que se puede hacer cada tanto es: correr
40 minutos. No parece tan complicado, pero el secreto está en no usar reloj ni
recorridos conocidos donde podamos saber en base a la distancia cuanto tiempo
llevamos corriendo. Simplemente salir a correr y sentir que pasaron 40 minutos,
escuchar al cuerpo cuando nos diga que ya trotamos lo suficiente. Sin duda el
tiempo es arbitrario, para algunos 40 será mucho, para otros pocos, lo ideal
sería el tiempo que comúnmente hacemos en un regenerativo o un fondo corto de
baja intensidad. Puede ser solo o acompañado, con o sin música, pero buscando
sentir cuando es suficiente y detenernos cuando el cuerpo lo pida. Podríamos
después evaluar si anduvimos lejos o cerca del tiempo que pensábamos correr,
por ejemplo mirando la hora al salir y al volver, nos pueden llegar a
sorprender las diferencias entre el tiempo real y nuestra percepción del mismo.
Pero más allá de verificarlo al terminar o no, a lo que se apunta es a eso, a
la percepción que tenemos del esfuerzo y principalmente del tiempo.
Reloj blando en el momento de su primera explosión - Salvador Dalí |
Paradójicamente a pesar de no utilizar ningún elemento de
medición podemos evaluar varias parámetros; que tan cansados estamos, cuanto
estamos disfrutando correr, que tan largo o corto se nos hace un entrenamiento,
que tan seguro me siento con el ritmo y el tiempo.
No se arriesga mucho y se puede ganar bastante, como tantas
veces, solo es cuestión de probar y, si querés, después contanos como te fue. A
dejar por un rato el reloj y sentir como corremos!
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