Todo empezó el 11 de noviembre de 2013, cuando muchos aún no
planeaban sus vacaciones las mías ya quedaban atrás. Suavemente rompíamos la
inercia, sobre rieles desconocidos rodaba el carrito al pie de la cuesta. Poco
a poco iba aumentando la pendiente de la subida, se sumaban kilómetros cada vez
más rápido y casi sin darnos cuenta un nuevo paseo en montaña rusa estaba en
marcha.
En esa escalada apuntando al cielo fueron quedando atrás
muchas alegrías; pasadas sumando doce kilómetros en la pista, ganar la carrera de Dole, horas y horas de elongación, doble turno en noche buena, doble turno
en navidad, doble turno en noche vieja, turno simple en año nuevo, cuestas y
cuestas, subir y bajar, dos semanas de preparación en la altura de Cachi, semanas
de 160 kilómetros, carrera en Tierra de Indios, fondos de 90’, de 100’, de 105’,
pasadas rápidas para no olvidarnos la velocidad, fondo de 28 kilómetros,
humedad, calor, más humedad, y verano de temperaturas record . Todo se disfrutó
muchísimo; anécdotas, alegrías, emociones, momentos compartidos y momentos de
soledad, sensaciones únicas y muchos más que se niegan a convertirse en palabras
fui viviendo a medida que avanzábamos por la vía de la montaña.
Ya casi tocamos la cima, luego de quince semanas y algo más
de 1.600 kilómetros el final de la pretemporada está a unos días. Sé que una
vez en lo más alto comenzará una etapa distinta, donde cada vez se buscará más
velocidad, más intensidad, más vértigo. Ya no preocupará la cantidad de
kilómetros sino la calidad, se dejará de contar en minutos y se medirá en
segundos. Espero ansioso ese descenso, no dudo en que he llegado más alto de lo
que nunca lo había hecho, feliz de haberme superado a mi mismo me lanzo
confiado en aprovechar la altura para llegar lejos, los kilómetros recorridos
no sólo me han entrenado sino que me han llenado de energía para buscar más. No
importa tanto hasta donde me lleven mis pasos si puedo disfrutarlos al igual
que los anteriores.
En un periodo que se insinúa un poco más largo que otras veces,
posiblemente de treinta semanas, estoy justo en la mitad del camino, en la cima
de la montaña rusa, desde acá la perspectiva sin duda es distinta. Mirando
adelante, ya en los primeros pasos, veo mi debut en los 3.000 metros llanos
este sábado en el CeNARD, en marzo mis amigos me esperan en los 8k de MaratónRotary de General Rodríguez, luego un 5.000, ya en abril el Campeonato Nacional
de 10.000, después otro 5.000, en mayo el Campeonato Metropolitano de 10.000 y
las ruedas terminarán de rodar el 7 de Junio en el Metropolitano de 5.000
metros. Un descenso que cada dos o tres semanas me va a poner a prueba, donde
intentaremos tomar cada vez más velocidad, donde correré con el mismo objetivo
que en la subida; superarme a mí mismo.
No solo me lo dice la planilla de entrenamiento o las fechas
del calendario, internamente lo siento, el momento llegó, ya estoy listo para
empezar, quiero lanzarme a correr.
Tus zapas son el mismo modelo pero distinto color? Me llama mucho la atención...
ResponderEliminarSi Gustavo, son dos pares de ASICS GEL-Lyte de distintos colores que intercambié, las conseguí en Pegaso Patagonia e hice una crítica del modelo en este blog
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